"La revelación de que ciertos miembros de la Iglesia de Haatumak desarrollaron una predilección por el canibalismo apenas afectó su estado de ánimo. —¡Todavía no se había librado de su conmoción por otros asuntos relacionados con este culto! —¡Cuanto antes saliera del Templo de Haatumak, antes se vería libre de sus horrores!
Cuando el Acólito Villis finalmente lo condujo a uno de los talleres de mechs del Templo, Ves suspiró aliviado por la falta de rarezas.
El compartimiento alto y ancho que incluía el taller de mechs transmitía una atmósfera diferente al resto del barco. Carecía de los ídolos, velas y luz tenue que profundamente perturbaban a Ves mientras caminaba por los claustrofóbicos corredores.
