Ves reflexionó sobre las implicancias de su reciente encuentro con el Mayor Verle. El hombre nunca daba órdenes sin un propósito. Su estilo de liderazgo se inclinaba hacia motivar a sus subordinados para que tomaran un rumbo deseado por su propia voluntad.
El oficial de mecha era tan hábil diciendo las cosas correctas que Ves tomó muchas notas. Sin embargo, sus observaciones también lo hicieron consciente de cuando era él el que estaba al final de este método.
—El problema es que ni siquiera sé si quiero aprovechar esta gran oportunidad —murmuró.
Ciertamente, Ves no tenía ninguna razón para dudar de la credibilidad del Mayor Verle, pero la tendencia del oficial de mecha a guardar sus secretos cerca de su pecho era exasperante. Innumerables posibilidades tentaban a Ves, ¡pero acaso podría haber hecho daño recibir una o dos pistas!