—La corbeta entró en un sistema estelar sin vida sin asentamientos conocidos. Ves y los diseñadores de mechas no tenían permiso de saber dónde se encontraba, lo cual subrayaba la importancia de este aparentemente vacío sistema.
—Después de otro día de desplazamiento hacia el sistema interno, se detuvieron junto a un vasto cinturón de asteroides que rodeaba al sol amarillo opaco. Desde allí, Ves esperaba entrar en algún tipo de base secreta de asteroides, pero en cambio la corbeta se encontró cara a cara con uno de los mayores barcos industriales que él había visto nunca.
—¿Es esa una nave fábrica? —preguntó.
—Eso, y más. Estás mirando a la única e incomparable Madre Loba —se le respondió.
—La llamada Madre Loba era imponentemente grande. Más grande que un portador de flota, incluso, aunque su casco y su armadura no podían compararse con un barco destinado a la batalla.