"Después de aquel día, la realidad comenzó a calar en los diseñadores de mechs. Incluso los más ignorantes entre ellos aprendieron que al Cuerpo de Mechs no le importaba su estatus ni sus logros. No importaba cuántos mechs hubieran diseñado o cuántos pilotos utilizasen sus productos, todos comenzaban de cero.
La constante presión de los ejercicios y el inhumano trato en el centro de procesamiento realmente afectaron a todos. Nadie tenía tiempo para sonreír y charlar entre ellos. Necesitaban conservar cada momento disponible para descansar y recuperar sus fuerzas.