De vuelta en los laboratorios subterráneos del recién bautizado Nursery de Mechs, Ves continuó desarrollando nuevas iteraciones de cristales. Ajustó minuciosamente su composición y patrones, obteniendo más datos cada día.
La mayor parte del tiempo, los cristales resultaron ser fracasos rotundos. Ves nunca había eliminado las posibilidades de producir piezas frágiles y opacas de cristal. No solo no se podrían incrustar en el pecho de un mech, sino que ni siquiera calificarían como punteros láser.
—¿¡Por qué es tan difícil?!
Una semana deprimente marcada por fracasos constantes ya había pasado. Ves siguió tratando de descubrir sustitutos adecuados para la composición original de los cristales alienígenas con persistencia infalible, pero incluso su mejorada Inteligencia y Física no habían podido garantizar un rápido éxito.