La seriedad con la que el MTA y el CFA aplicaban las leyes sobre las armas prohibidas asustaba a todo el espacio humano. Prácticamente nadie excepto los sin ley se atrevía a enfrentarse a las dos organizaciones más grandes que conjuntamente protegían a la humanidad.
Lo hacían por su propia protección. Durante la Edad de la Conquista, los humanos que conquistarón la galaxia estrella por estrella no tenían ningún límite. Con sus impresionantes barcos capitales, no mostraron remordimientos al bombardear planetas alienígenas densamente poblados hasta convertirlos en vidrio.
Saturar un planeta con miles de misiles nucleares resultó ser el método más rápido, fácil y sucio para acabar con la totalidad de extraterrestres en un planeta.