La pérdida de Hoyler y la forma en que murió dejaron a los Balleneros de un humor sombrío. Ves esperaba que su cruda advertencia los llevara a trabajar de manera más meticulosa, pero los Balleneros mostraron una habilidad extraordinaria para superar la tragedia.
Durante la noche, llevaron a cabo una fiesta festiva en la que más de la mitad de los Balleneros se emborracharon hasta perder el conocimiento. En el momento en que se despertaron a la mañana siguiente, el dolor de perder a Hoyler se había convertido en un aguijón lejano.
Todo volvió a la normalidad, aunque los Balleneros aumentaron su estado de alerta. No cayeron más naves piratas del cielo en su vecindad.
De hecho, cada transportador descendente tenía como objetivo aterrizar en medio de un terreno sin reclamar. Las naves que se estrellaron cerca de los Vesians o los Brighters se vieron obligadas a desviarse de sus trayectorias originales debido al daño que sufrieron en la batalla en el espacio.