—¿Es nuestro? —Ves preguntó mientras se dirigía hacia la base interior.
—Es dudoso. —Respondió D'Amato mientras intentaba apresurarse—. Su brazo perdido interrumpía su coordinación. —Por lo poco que nos queda de sensores que aún transmiten sus lecturas, la flota es varias veces mayor que la flota expedicionaria en su apogeo. Ninguna de las naves entrantes está emitiendo identificadores que podamos reconocer tampoco.
¿Podría haber un cuarto grupo tratando de arruinar el juego del tercer grupo? ¿O los hombres de arena estaban tramando algo malo?
—No son los hombres de arena, si eso es lo que estás pensando. Son bastante distintivos incluso a la distancia.
Ingresaron a un centro de comando después de que los guardias verificaran sus identidades. En estos días, sus contribuciones otorgaban a Ves muchos privilegios, incluido el acceso extendido a la base. Incluso llegaron a conocer en persona al Comandante Tregis.