Lo que más sorprendió a Ves cuando Jutland hizo su última resistencia fue que se volvió completamente desquiciado. Su abrumadora rabia al perder su flor dejó de lado su inteligencia astuta y su admirable capacidad para la paciencia.
Si Jutland no hubiera perdido su racionalidad, aún tendría la oportunidad de cambiar el rumbo. Al final, perdió ante sí mismo. Todos sus planes no llegaron a nada debido a su falta de autocontrol.
Ves temía que lo mismo pudiera pasarle a él. —¿Cómo está mi cerebro, doctor?
—Parece estar bien, pero eso es solo una evaluación preliminar. —La Doctora Mellow respondió mientras lo sometía al último aluvión de escaneos—. Ya había tomado extensas muestras de su sangre y tejidos. Incluso cortó una pequeña porción de sus órganos de Jutland y reguladores. —Es demasiado pronto para sacar una conclusión. ¡El fascinante trabajo del Doctor Jutland tiene una multitud de efectos maravillosos! ¡Ni siquiera puedo entender este nuevo tipo de energía!