La fatalidad que pendía sobre su cabeza nunca desaparecía.
Ves simplemente se olvidaba de ella cuando se obsesionaba con explotar el bucle de producción. Se le ocurrían muchas ideas sobre cómo aprovechar esta fuente aparentemente interminable de aleación Breyer.
Después de que pasaron varias semanas, ¡el bucle no mostraba signos de detenerse! Cualquiera que fuera la técnica que Cassandra Breyer ejecutaba, su programación obviamente no contemplaba la absurdidad a la que Ves la sometía. ¡Si ella estuviera consciente, de ninguna manera aprobaría su explotación!
Afortunadamente, nunca mostró signos de despertar después de que la máquina de forja quemara su cuerpo más de mil veces.
Al igual que un robot de limpieza que seguía chocando contra una pared después de que su programación fallara, ¡Cassandra Breyer parecía incapaz de cambiar su destino actual! Quizás ni siquiera era consciente de sus circunstancias actuales.
