La Alianza de la Flota Común adoptó el Sistema de Evaluación Independiente hace unos doscientos años.
Antes de ese momento, cada flota naval, grupo o nave de guerra individual interpretaba los estándares de evaluación de manera diferente.
Quizás a un capitán naval le importaba más la capacidad de aprendizaje que la coordinación motriz.
Los Fleeteros estudiosos obtenían méritos más fácilmente que aquellos que eran capaces de manipular mejor los instrumentos.
Quizás a un almirante le interesaba que sus subordinados fueran más cautelosos y conservadores en su toma de decisiones.
¡En ese caso, aquellos que eran valientes y más dispuestos a correr riesgos no la pasaban bien en la flota de este almirante!
Con el tiempo, las diferencias entre las distintas unidades navales se hicieron más pronunciadas por esa razón. Aunque la diversidad no era necesariamente mala, la Alianza de la Flota Común aborrecía las desviaciones incontroladas.