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Capitana Melinda Larkinson apretó los dientes mientras el vacío del espacio se iluminaba con una multitud de láseres.
Dado que ningún mecha era lo suficientemente estúpido como para emplear láseres contra los hombres de arena, ¡solamente el enemigo utilizaba este método de ataque!
Cuando ella tomó en consideración la situación general de la batalla, su corazón se enfrió.
Dos enormes monolitos esféricos avanzaban sin temor.
Si eso fuera todo, entonces la fuerza defensiva podría haber bombardeado sus enormes áreas superficiales con impunidad.
El problema era que un enorme enjambre de drones de hombre de arena rodeaba los monolitos.
¡Se estimaba que doce o quince almirantes de hombre de arena lideraban esta enorme flota, haciendo que los altos mandos tuvieran que disponer al menos de varios regimientos de mechs y fuerzas auxiliares para hacer frente a esta amenaza entrante!