El Dr. Lupo se sintió increíblemente intrigado por los Caramelos de Inteligencia que Ves entregó.
—Tengo que llevar estos caramelos a mi laboratorio, ¡ahora mismo! —exclamó.
Ves negó con la cabeza.
—No. Cómetelos. No saldrás de esta oficina hasta que te los hayas comido todos —ordenó.
—¡Eso es un inmenso desperdicio! ¡Estos caramelos son demasiado excepcionales! —protestó el doctor.
Al final, Ves tuvo que llamar a Nitaa para que sujetara al exobiólogo y le forzara a meterse los caramelos en la boca uno a uno.
Después, Lupo se veía increíblemente resentido. ¿Cómo se podían desperdiciar esos preciados caramelos sin darle la oportunidad de estudiar sus propiedades?
—¿Tienes más de estos caramelos?! —insistió el doctor.
A Ves no le importaba la falta de respeto. De hecho, prefería que sus subordinados fueran directos. Lupo no estaba siendo irrespetuoso a propósito. Simplemente expresaba su insatisfacción por perder una oportunidad relacionada con su especialidad.
