—Ahora mismo, mi novio está involucrado en un experimento revolucionario —susurró Gloriana suavemente como si hubiera un grabador flotando frente a ella—. Ambos estamos liderando un tratamiento especial para pilotos de mechas que sufren ciertos trastornos que les impiden liberar su potencial en combate.
Su comm se iluminó mientras grababa un plano cerrado de su rostro. En el fondo, Ves continuaba poniendo toda su concentración en William Urbesh, permaneciendo ajeno a lo que su novia estaba haciendo en ese momento.
—GHRUERHGGH! —una voz distorsionada estalló desde los altavoces—. GhullZizne KWanHansha TOrInOZ ONONMENAIAKKA!
Gloriana contuvo su risita.
—Por favor, no presten atención a los ruidos extraños que escuchan de fondo. Nuestro voluntario —a quien la Asociación de Comercio de Mec nos ha confiado para su tratamiento, por cierto— está actualmente sometiéndose a un procedimiento doloroso pero necesario que definitivamente arreglará su mente.
