El brote de guerra entre las dos mayores potencias del sector estelar llevó a Ves al borde de un ataque de nervios. ¡Descubrir la verdadera lealtad de Calabast finalmente lo había empujado al límite!
Ves yacía en un sofá junto a las grandes ventanas de su oficina en casa. Tanto Clixie como Afortunado se acurrucaron junto a su pecho para consolarlo. Los dos gatos juguetones lograron llevarlo de vuelta a sus sentidos.
—Meow.
—Miau.
—Los dos sois demasiado lindos. —Ves sonrió y acarició a ambos gatos por sus cabezas.
Aunque quería jugar con las dos mascotas, no podía ignorar a las mujeres que lo miraban. Ambas se sentaron en un sofá situado al lado opuesto de una mesa de café con bastante espacio entre ellos.
La forma en que se sentaron sugería que, aunque ambas eran Hexers, no pertenecían a la misma dinastía o facción. Eso tranquilizó un poco a Ves.