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—¡Cuando Gloriana dijo que redecoró el compartimento del salón de su nave, no estaba bromeando!
Un interior acogedor y amplio los recibió al entrar. El revestimiento beige junto con los muebles de colores cálidos le hacían sentir como si hubiera entrado en la sala familiar de su antigua casa.
Varias comodidades como proyectores de alta calidad y un bar bien surtido ocupaban el compartimento. Gloriana los ignoró todos a favor de arrastrar a Ves hacia lo que claramente parecía un sofá para enamorados.
A pesar de la presencia de sofás más grandes, Gloriana insistió en sentarse en el apretado sofá para enamorados, presionando así permanentemente sus cálidos cuerpos uno contra el otro.
—Jejeje —ella sonrió hacia él mientras acariciaba el brazo que nunca había soltado—. Siempre soñé con acurrucarme contigo. ¡Ahora mi sueño finalmente se ha hecho realidad!