Ves se tomó un extenso descanso y dejó a sus fragmentos espirituales recién lobotomizados solos. Solo después de deshacerse de su fatiga, regresó a su laboratorio.
—¿Cómo están, mis queridos? —preguntó de manera casual mientras acariciaba las dos P-piedras ocupadas.
El fragmento espiritual del Venerable Plinter residía pacíficamente en su P-piedra. Dado que Ves eliminó la mayor parte de sus lealtades hacia el Dominio Hertog y demás, el fragmento espiritual ya no pertenecía a un lado específico. Aparte de su deseo de volver a su fuente, el fragmento no mostraba ningún sesgo.
—Espero que os quedéis quietos y cooperéis conmigo —le dijo al fragmento—. Si trabajas conmigo, me aseguraré de que puedas fortalecer tu fuente.
Ves no se arrepentía de lo que le había hecho al Venerable Plinter, pero quería asegurarse de compensarlo. Darle una nueva fuente de fuerza a través de su asociación espiritual con el espíritu de diseño del soldado desolado le daría un futuro brillante.
