En los días siguientes, Ves dejó de lado la mayor parte de su trabajo y principalmente se relajó mientras intentaba recuperarse de su terrible experiencia.
Aunque no tenía hobbies ni actividades de ocio que lo entretuvieran, disfrutaba leyendo publicaciones de la industria y manteniéndose al día con los últimos desarrollos en la comunidad local de mechas.
Para Ves, trabajar con mechas era su idea de diversión. Mientras no desviara sus pensamientos a ningún trabajo de diseño extenuante, sus niveles de estrés se mantenían bajos.
El paso del tiempo permitió que su mente sanara el daño que Ves sufrió al enfrentarse contra la entidad espiritual alienígena encerrada en el Antiguo Sarcófago.
Si bien el daño parecía feo, esta no era la primera vez que Ves se había metido en un apuro. Su mente había ganado suficiente resiliencia para saber lo que estaba haciendo cuando intentaba reparar el daño.