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Las medidas tomadas por Lady Miralix suprimieron la agitación interna en su equipo de caza. Eso no significaba que hubiera resuelto por completo los problemas subyacentes.
Estaba muy bien que Ves regañara a los pilotos de mechs por la falta de coraje para desafiar sus límites cuando Zeigra aún estaba lejos.
Ahora que los Felixia Catstrikers seguían las huellas del Triturador de Mec hasta sus últimos refugios, los nervios de todos comenzaron a hervir de nuevo.
Tanto los pilotos de mechs como el personal de apoyo comenzaron a tener segundas opiniones sobre este enfrentamiento. Con la posibilidad de morir triturados por un inmenso gato genéticamente modificado acercándose cada vez más, la moral de todo el grupo comenzó a tambalearse.
En cuanto a la misma Miralix, su urgencia y entusiasmo por matar a Zeigra la impulsaron a exhortar a su equipo a seguir adelante.