Mientras el duelo se intensificaba, ambos lados empezaron a sufrir. La aptitud de Vincent era bastante buena. Él controlaba su mecha con suficiente fluidez y precisión para superar a su oponente.
Por otro lado, Caruthers poseía años de experiencia. Su ventaja en años pulió sus movimientos hasta que fluyeron sin problemas a pesar de su velocidad deliberada.
El contraste entre joven y viejo afectó su batalla de muchas maneras. Mientras Caruthers seguía llevando a cabo trucos, Vincent siempre lograba evitar el daño aprovechando sus reflejos superiores.
Los dos caballeros híbridos prescindieron de todas sus otras armas en favor de sus armas cuerpo a cuerpo. Los rayos disparados de sus láseres de muñeca salpicaron ineficientemente contra un escudo mientras que Vincent ya había gastado sus misiles.