Después de su charla con el Profesor Ventag, Ves se dio cuenta de que ya no prestaba mucha atención a la República Brillante. Su estrategia deliberada de entrar en mercados extranjeros, así como sus viajes personales al extranjero, lo hicieron menos inclinado a considerar a su estado natal como una consideración importante.
—Es hogar, pero es tan pequeño —susurró.
Siempre imaginó que su negocio estaba destinado a crecer más que la República Brillante. Con las ventajas que poseía, Ves tendría que ser un necio si sus actividades empresariales no superaran el ritmo de las empresas de otros colegas.
De todas formas, el ritmo de su expansión externa superó sus pronósticos anteriores. Su perspectiva también había cambiado. Ver la majestuosidad del Centro de primera mano le abrió los ojos a la diversidad y prosperidad no muy lejos de su estado natal.
Le resultaba cada vez más difícil dirigir una cantidad adecuada de atención a la República Brillante.