Después de poner las cosas en claro con Gloriana, terminó la llamada antes de que ella pudiera enredarlo en otra cita virtual.
—Considera esto tu castigo —dijo rápidamente.
Aunque Gloriana puso una cara de puchero adorablemente, Ves ya había tenido suficiente de lidiar con ella por un día.
Soltó un suspiro profundo al desaparecer su proyección. Se dio la vuelta y echó un vistazo a Lucky, que había estado observando toda la conversación.
—Lo hice bien, ¿verdad?
—Miau.
—Puse el pie en el suelo.
—Miau.
—Sí, hará falta más que una sola reprimenda para que tome el mando.
Durante la conversación, Ves estaba muy consciente de que si presionaba más a Gloriana, ella podría contraatacar o hacer algo peor. Solo pudo darle una advertencia moderada porque cualquier otra cosa era inaplicable.