Durante los dos meses de viaje, Ves pasó la mayor parte de su tiempo reflexionando sobre los diseños del Arquitecto de la Calavera.
Con recelo de trampas, Ves se acercó a ellos con cautela, lo que le hizo tardar un poco más de lo que le hubiera gustado para lograr un progreso significativo.
Con su Espiritualidad aún en recuperación, Ves sintió claramente la diferencia entre su estado actual y su estado óptimo.
Su pasión, energía y empuje sufrieron mucho, obligándolo a seguir adelante con su trabajo incluso si preferiría hacer otra cosa.
—Un diseñador de mechas debe estar dedicado a su arte —Ves susurró para sí mismo—. ¿Cómo puedo llamarme a mí mismo un amante de las mechas cuando no puedo sostener mi interés en tiempos más difíciles?
Consideró sus dificultades como una prueba de su perseverancia. Era fácil dejarse llevar por el diseño de mechas cuando disfrutaba de la experiencia. Sin embargo, Ves no podía seguir aplazando hasta que entrara en el estado de ánimo adecuado.