—Ves entregó el joven árbol de prosperidad a Gavin —a su vez, Gavin se lo pasó a un robot para colocarlo en una vitrina.
Después, Ves saludó a los demás Larkinsons quienes lo felicitaron y le presentaron regalos, la mayoría de los cuales consistían en baratijas olvidables.
—¡Era muy difícil encontrar un buen regalo para alguien que podía comprar sin problemas los activos totales de la Finca Larkinson varias veces!
Aun así, necesitaban expresar su sinceridad de alguna manera, así que decidieron seguir la misma estrategia que Benjamín al regalar presentes que tenían un significado simbólico o sentimental.
El único problema con esto era que Ves solo valoraba los sentimientos de aquellos que le importaban personalmente. Solo porque compartieran el mismo apellido no significaba que les tuviera especial aprecio o que disfrutara de su compañía.
Quizás el más odioso Larkinson que Ves había conocido esa noche era Raymond Billingsley-Larkinson.