Mientras Ves recopilaba una ronda de comentarios de sus subordinados, sus amigos y conocidos, la Fase 2 continuaba transformando la composición entera de la empresa.
Aparte de los cambios organizacionales disruptivos, la empresa también sufrió una metamorfosis en términos de valores. Cada persona se sometió a alguna forma de adoctrinamiento a través de una serie de sesiones de adoctrinamiento departamentales o de toda la empresa, disfrazadas de eventos corporativos.
Aunque los empleados pasaron un tiempo significativo lejos del trabajo real debido a estas sesiones, Ves consideró que valía la pena porque unir a la fuerza laboral en torno a un único conjunto de ideales importaba mucho para el futuro.
Cuanto más crecía su empresa, más personas empleaba, y más difícil sería efectuar un cambio en la identidad compartida de su fuerza laboral.