Tras embarcarse en varios experimentos metafísicos que llevaron a muchos descubrimientos nuevos, Ves encontró consuelo al volver a terreno familiar.
Aunque las nuevas técnicas que desarrolló poseían una fuerte conexión con su filosofía de diseño, a veces Ves sentía que estaba practicando magia en vez de diseñar mechas. Se sentía bien para él retomar su identidad como ingeniero en lugar de mago.
—Solo puedo manejar tanta rareza a la vez —murmuró Ves.
Ves temía empujar los límites aún más. Hasta ahora, la mayoría de sus teorías habían salido bien, pero todo podría venirse abajo como un castillo de naipes si desafiaba los límites de lo posible. Aún quería confirmar si los cambios que había hecho realmente mejorarían el Factor X de su próximo diseño.
—Más no siempre es mejor. Mi experimento aún puede salir mal si no lo manejo correctamente —se recordó a sí mismo en voz baja.