Cuando Ves se reunió de nuevo con la Venerable Foster en su patio habitual, un asistente les sirvió té a ambos antes de retirarse hacia un lado.
—¿Por qué sigues accediendo a encontrarte conmigo? —Ves preguntó. Su paciencia se estaba agotando tras varios días más sin lograr que la Venerable Foster se abriera—. Obviamente no disfrutas de mi presencia.
La piloto experta resopló y levantó la barbilla hacia él—. Nunca ha sido cuestión de entablar amistad. Estoy cumpliendo con mi deber aquí.
—Y ¿cuál es exactamente tu deber? Porque no parece que estés tratando de actuar cordialmente conmigo en absoluto. ¿Te importan siquiera las conversaciones de paz?
