—Salí del magnífico camarote del Senador Tovar lleno de confusión —Vesdescubrió, reflexionando sobre lo recién vivido—. La conversación tomó un rumbo extraño al final, y no pude descifrar completamente cuáles eran las intenciones del anciano.
Una cosa sí que descubrió, sin embargo. El interés del senador por él había aumentado, y Ves no sabía si eso era bueno o malo. Por mucho que se beneficiara de tener a un poderoso patrocinador dentro del gobierno, no tenía ninguna ilusión de que el senador realmente lo valorara más que como una herramienta útil.
—Como diseñador de mechs, Ves trabajaba con varias herramientas —reflexionó en silencio—. "Es difícil encontrar una buena herramienta, pero no lloraré si se rompe. Simplemente conseguiré un reemplazo".
