Después de quedarse dormido, Yuan regresó al reino de los sueños una vez más, y lo primero que notó fue al hombre apuesto de antes, pero estaba sentado en una gran roca con una expresión solitaria en su cara mientras miraba las nubes a la deriva.
Cuando Yuan vio su expresión, todos los pensamientos de intentar perturbar su paz desaparecieron y Yuan se quedó allí pacientemente.
—Se siente genial volver a moverse de nuevo, ¿verdad? —El hombre apuesto habló de repente, su mirada aún en el cielo.
—¿Eres tú el responsable de mi repentina recuperación? —Yuan le preguntó.
El hombre apuesto lo miró y dijo:
—¿Yo? Soy solo una imaginación en tus sueños. ¿Cómo podría hacer eso?
—¿Aunque eres fuerte? —Yuan dijo.
El hombre apuesto se rió un poco antes de hablar, —Hay cosas que incluso los seres más fuertes del universo no pueden lograr.
—Si no eres tú el responsable de mi recuperación, ¿quién o qué lo es?
