—Gracias por su ayuda. Aquí hay 500 monedas de oro por las molestias —Una anciana entregó a Yu Rou la recompensa por completar su búsqueda—. Gracias.
Después de aceptar las monedas de oro, Yu Rou salió de la tienda y se agrupó con Yuan y los demás que esperaban afuera.
—¿Cuántas misiones hemos completado en los últimos días? Perdí la cuenta en 21 —dijo Yuan.
—No lo sé, pero ganamos muchas monedas de oro, al menos si nos comparamos con la mayoría de los jugadores —dijo Yu Rou.
—¿Qué quieres hacer ahora? ¿Continuar haciendo misiones?
—Creo que deberíamos tomarnos un descanso de las misiones y hacer algo más relajante. Vayamos a un restaurante y comamos algo —sugirió Yu Rou.
—Eso suena genial —Yuan asintió.
Sin embargo, antes de que pudieran ir a cualquier sitio, una voz familiar resonó desde el cielo, y dos figuras descendieron de los cielos un momento después, sorprendiendo a los peatones allí presentes.
