—Si valoras tu vida, deja esa carne y sal de mi territorio —habló la Serpiente Cabeza de Espada.
Tener un territorio con su propio nombre significa dominio sobre esa área, y entrar al dominio de otro sin permiso típicamente invita a un conflicto. Si la Serpiente Cabeza de Espada huyese de un huésped no deseado en su propio territorio, correría el riesgo de convertirse en el hazmerreír, vulnerable a ataques de otros que podrían percibirla como débil.
Por eso la Serpiente Cabeza de Espada se negó a huir a pesar de su miedo hacia Yingzi. Impulsada por la necesidad de proteger su territorio y mantener su orgullo y honor, estaba preparada para enfrentar incluso la muerte antes que mostrar debilidad y arriesgarse a perder el territorio que había gobernado durante muchas décadas.
En respuesta a la amenaza de la Serpiente Cabeza de Espada, Yingzi simplemente la miró. Su mirada sola envió una ola insondable de miedo a través de la Serpiente Cabeza de Espada, paralizándola con terror.