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Mientras Tian Xian y Xiu Mei se comprometían, su relación aún no se anunciaba ni se reconocía oficialmente. La razón era simple.
Decidieron esperar hasta que Tian Xian hubiera ganado suficiente fama y reputación antes de hacer público su compromiso. Si la Familia Xiu anunciara el compromiso de su joya más preciada con un soldado común durante una época de guerra con la Orden Celestial de los Siete, correrían el riesgo de ser ridiculizados y burlados.
Aunque Tian Xian había ganado fama como un prodigio dentro de la Familia Xiu, este conocimiento se mantenía interno, y pocos fuera de su círculo eran conscientes de sus talentos.
—Tian Xian, nuestra situación con la Orden Celestial de los Siete finalmente ha alcanzado el punto de guerra. Te enviaré a la batalla para que adquieras experiencia y te hagas un nombre. ¿Te opones? —le preguntó el Emperador Xiu.