—A pesar de venir de los cielos superiores y conocer mi identidad, ¿todavía te atreviste a atacarme? ¿Estás loco? Puedo hacer ejecutar a toda tu familia por tus crímenes —se burló Bai Xutao.
—¿De qué estás hablando? Tú fuiste quien me atacó primero —dijo Yuan—. Solo me estoy defendiendo.
—¡Tonterías! Si no me hubieras humillado con esa mentira en el restaurante, ¡no estaríamos aquí ahora mismo!
—¿Yo? ¿Mentir? No tengo idea de qué estás hablando —Yuan actuó como si fuera estúpido.
Bai Xutao podía sentir cómo su ira volvía.
—Basta de esto; no me importa por qué te me acercaste, pero te arrepentirás. Me aseguraré de ello —el aura de Bai Xutao aumentó aún más, casi como si no tuviera límites en su fuerza.
Y sin decir nada más, comenzó a atacar a Yuan de nuevo.
Sin embargo, aún se encontraba en la parte perdedora, siendo golpeado de un lado a otro por Yuan.
