Comparado con el número de soldados del Reino de Gales presentes en la ceremonia para despedir a aquellos valientes que cayeron defendiendo su reino y a los inocentes que no fueron perdonados por los demonios, el número de personas que se acercaron con un aura imponente era lamentablemente bajo. Aún así, esto no significa que fueran pocos.
Un total de entre 100 y 200 personas ignoraron completamente el intento de una doncella de detenerlos y se acercaron al centro del jardín donde antes se encontraban las doce torres de madera.
La doncella estaba ansiosa y claramente no sabía qué más hacer además de seguir insistiendo.
—Príncipes y princesas, me temo que no pueden
—¡Silencio!