Bai Zemin no se sintió intimidado en absoluto, aunque lo miraran con una mirada tan penetrante como la de una persona que había estado en el mundo político toda su vida y cuya presencia por sí sola tenía la capacidad de intimidar a otros. Después de todo, Bai Zemin ya no era ese estudiante universitario que pasaba el resto de su tiempo trabajando en un taller de reparaciones; ¡el Bai Zemin actual era el orgulloso líder de más de 30,000 supervivientes y un ejército armado y evolucionado compuesto por miles!
—Sí... Por supuesto —Sun Ling asintió un poco sorprendida al principio, ya que no esperaba recibir una solicitud tan pronto—. Pero enseguida recuperó la compostura y dijo con calma:
—Dime qué necesitas y, siempre que esté dentro de nuestro alcance y no sea algo demasiado excesivo, te ayudaremos a lograrlo.
—Puesto que es así, entonces no malgastaré el tiempo de todos aquí —Bai Zemin asintió y trató de mantener la calma lo más posible mientras decía lentamente:
