La batalla que se libraba en la parte superior del puente conocido como uno de los más grandes de toda China y del mundo entero bajo el nombre Espalda del Dragón Oriental se volvía cada vez más intensa con cada segundo que pasaba.
Constantes explosiones ocurrían una tras otra y las aterradoras ondas de choque destruían todo a su paso. Las olas del mar se elevaban hacia el cielo como si quisieran desafiar la gravedad del mundo y las reglas de la naturaleza con más frecuencia que al principio, y la cuenta de muertes no paraba ni por un momento.