Wu Yijun miró a las cuatro personas frente a ella por un instante. Sin embargo, este instante fue tan breve que incluso olvidó la presencia de su mejor amiga después de medio parpadeo. Toda su atención se centró automáticamente en una sola persona como si sus ojos fueran atraídos por un gran y poderoso imán cuya atracción era tan grande que no se podía evitar; pero tampoco luchó contra esa atracción y se dejó sumergirse profundamente en ella.
Al mirar el rostro a cinco metros de distancia, Wu Yijun notó cómo su corazón empezó a latir de manera irregular y sus emociones, que habían estado desbocadas durante casi medio mes, amenazaban con salirse de control. Era un rostro familiar para ella, pero al mismo tiempo diferente, un rostro que no había visto durante casi dos semanas.
Había vuelto aún más guapo de lo que era antes. Tal pensamiento destelló en su corazón y una luz compleja brilló en sus ojos.