Aplastado por un miedo instintivo, Sunny utilizó un viejo aliado para superarlo... el desprecio. Con su ayuda, algunas de las cadenas invisibles que lo retenían se rompieron.
Pero no todas.
Trabajando junto a Nephis y Santo, Sunny logró detener a Masacre Inmortal. Los tres la rodearon, pero no estaban en posición de atacar. En cambio, apenas lograban mantenerse vivos mientras se protegían mutuamente y se concentraban en la defensa.
El espectro de la niebla los estaba empujando lentamente hacia atrás.
La naturaleza rencorosa de Sunny fue suficiente para ayudarlo a superar el recuerdo de la agonía y la muerte, pero no era lo suficientemente poderosa como para disipar un miedo más profundo, mucho más doloroso. El miedo a ver morir a aquellos que le importaban.
El recuerdo de esa impotencia, esa tristeza, esa culpa... era incomparablemente más terrible que el recuerdo de que su propia vida se extinguiera. La muerte era misericordiosa, después de todo. Los muertos no sienten dolor.