Capítulo 499: La Yandere definitiva.
Lo primero que Víctor vio al bajar del sótano con Leona fue un cohete blanco que se lanzó a abrazarlo y comenzó a oler su cuerpo por todas partes.
Pero antes de que Víctor pudiera acariciar el cabello de este emocionado cohete blanco, el cohete se detuvo como si se hubiera cortocircuitado y habló.
—Ese olor... —Ella levantó la vista y dijo:
—Un perro mojado. —Los ojos de Violeta se estrecharon peligrosamente.
—Sí, estoy aquí también, sanguijuela. —Leona resopló con desprecio.
—... —Violeta giró rápidamente la cabeza y miró a la chica a su lado.
—¿Qué haces aquí!?
—¿Qué? ¿No puedo acompañar a mi amigo de la infancia a donde vaya? —Ella mostró una pequeña sonrisa.
Una vena apareció en la cabeza de Violeta cuando escuchó las palabras "amiga de la infancia" de Leona. ¡La mujer estaba claramente desafiándola!
Dos relámpagos salieron de los ojos de Leona y Violeta y chocaron en el aire.