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Por un segundo, tuvo la necesidad de abrir de golpe la puerta de la habitación privada y mostrarle lo que estaba ocurriendo dentro.
Sin embargo, ahora titubeaba un poco al sentir que se estaba entrometiendo en los asuntos de otras personas.
—¿Estás loca? —Nox de repente se volteó y regañó a Shelly—. Fuiste tú quien llamó mi nombre. ¿Por qué no estás hablando?
Nox no tenía paciencia para ella. De hecho, estaba un poco molesto. Parecía que su presencia le había provocado.
—Lo que quiero decir es que no te preocupes. No importa cuán mala sea mi vida, no te molestaré más —dijo Shelly.
Decidió no entrometerse en los asuntos de otras personas. Además, Nox no apreciaría su preocupación aunque ella intentara mostrársela.
Tenía la sensación de que si Nox supiera que ella había visto a su prometida teniendo una aventura con otro hombre, él incluso podría matarla.
