En el Hospital Central de la Ciudad de South Hampton, Mónica despertó en estado de shock.
Abrió sus ojos y miró el ambiente desconocido pero familiar. Durante unos segundos, no reaccionó.
—Mónica, finalmente despertaste —Una voz familiar sonó a su lado.
Mónica giró su cabeza y vio a su madre y padre, Rubí y Gary. Ambos la miraban con ojos extremadamente preocupados. En ese momento, no se atrevían a decir nada, por miedo a asustarla.
Los ojos de Mónica se movieron.
Entonces, la imagen de la miserable apariencia de Finn apareció en su mente.
Fue en ese momento que sus ojos se pusieron rojos. Trató de contenerlo, pero sus lágrimas finalmente cayeron.
La vista de ella llorando dejó en shock a Rubí y Gary.
Rubí rápidamente enjugó las lágrimas de Mónica. —¿Qué sucede? ¿Qué pasa? ¿Te duele? ¿Te duele mucho el tobillo?
Su tobillo estaba increíblemente hinchado.
Era ciertamente doloroso, pero el dolor en su cuerpo era nada comparado con el dolor en su corazón.
