Shelly miró a Nox, quien de repente se había vuelto más astuto. Sin embargo, ella no era tan amable como para dejarle saber la verdad.
Ella dejaría que él y Zoe vivieran juntos para siempre. Zoe daría a luz a tres hijos, pero ninguno de ellos sería de él. Lo más importante es que todos tendrían padres diferentes, y la hija que tendrían cuando fueran mayores sería de piel morena.
La idea de que Nox fuera engañado por el resto de su vida la emocionaba mucho, y ella dijo:
—Sí, lo hice.
Los ojos de Nox se estrecharon. —Shelly, te estoy dando la oportunidad de demostrar tu inocencia.
—No necesito demostrar nada. Hice lo que hice. No necesito demostrarlo. —Shelly decidió asumir toda la culpa.
No lo hacía por despecho. Más bien, quería que Nox nunca descubriera la verdad. Quería que viviera en un mundo de engaños para siempre, hasta que un día, se diera cuenta de cuántas veces había sido engañado.
