"Está bien —dijo Candice—. Candice ayudó a Paola a cambiarse.
Paola realmente era una niña hermosa. Una vez que se puso el vestido de princesa, parecía una pequeña princesa de un cuento de hadas. Se veía extremadamente linda.
—Mami, ¿me veo bien? —Paola se paró frente al espejo de cuerpo entero, mostrando su atuendo.
—Sí, te ves bien —Candice asintió—. Eres la niña más hermosa del mundo.
—Tú también eres la mami más hermosa del mundo —La inteligencia emocional de Paola era realmente alta.
—Vayamos abajo y esperemos a Papá.
—Mami, ¿no te vas a cambiar? —preguntó Paola.
—Bueno, porque estoy cuidando de ti, es mejor usar algo simple.
—No, quiero que seas tan hermosa como yo —exigió Paola.
Candice no pudo negarse a Paola, por lo que volvió a su habitación y se cambió a una falda de tenis y una camiseta. También eligió un par de zapatillas de Papá. Pensó que podría caminar mejor mientras cargaba a Paola con ese atuendo, en caso de que Paola se cansara de caminar.
