El día de la fiesta de compromiso había llegado. Todo el mundo en el palacio estaba ocupado con los preparativos.
Aún estaba acostada en la cama. Apenas había amanecido y todavía sentía sueño después de la noche anterior. Recuerdo cuando Regaleon me visitó anoche. Estábamos en mi veranda, admirando el cielo nocturno lleno de estrellas y la luna. Luego, Regaleon se arrodilló y sacó una pequeña caja de su bolsillo. Abrió la caja, tomó un anillo de diamantes y me propuso matrimonio.
Recordando anoche, mi corazón latía fuertemente en mi pecho. No puedo evitar gritar de alegría. Y para no alarmar a las sirvientas afuera, enterré mi cabeza bajo las almohadas.
—Ayyeeee… —Hice un grito controlado. Pateaba mis piernas en el colchón como si todo mi cuerpo me hiciera cosquillas.
Tengo todo preparado, así que estoy segura de que todo saldrá según lo planeado esta noche. Planeo quedarme en la cama un par de minutos más.
—Princesa, buenos días —Tricia entró con energía a mi habitación.