"La habitación de Verónica estaba hecha un desastre. Muchas cosas están rotas y tiradas en el suelo.
—¡NO! —Verónica gritaba histéricamente.
—Hermana, por favor, cálmate —dijo Elizabeth.
—¿Cómo crees que me voy a calmar? —dijo Verónica—. ¡Sabiendo que Alicia me arrebató lo que estaba destinado a ser mío!
—¡Verónica! —La madre de ellas entró en la habitación de Verónica con ira—. ¿Es así como debe comportarse una princesa?
Los gritos de Verónica se convirtieron en sollozos. —P-pero, madre.
—Ven aquí —La reina abrió sus brazos para un abrazo. Verónica se acercó a ella voluntariamente.
—Madre, yo debería haber sido la esposa del príncipe Regaleon. Debería haber sido la princesa heredera —dijo Verónica entre sollozos.
—Ya cálmate Verónica —dijo la reina—. ¿Crees que dejaría que ese bastardo se lleve lo que te pertenece?
—¿A qué te refieres madre? —preguntó Elizabeth.
—Tengo un plan que hará que el príncipe Regaleon no quiera casarse con ella —dijo la reina maliciosamente.