—Lili... —Regaleon dijo con una voz profunda y ronca—. No puedo soportarlo más. —Sus ojos me miraban intensamente.
Al segundo siguiente, me di cuenta de que Regaleon me estaba llevando en brazos. Pasaba por los pasillos muy familiares y subía por las escaleras. En el segundo piso, caminaba hacia un pasillo con el que estaba muy familiarizada.
«Este es el camino a mi antigua habitación.» Pensé para mí misma.
Ví la puerta de mi habitación y como pensaba, ese era nuestro destino. Regaleon abrió las puertas y las cerró enseguida una vez que estuvimos dentro. Lo siguiente que supe, estaba tumbada en mi antigua cama mirando al techo familiar de mi juventud.
—Lili... —La voz de Regaleon estaba caliente y llena de deseo.
Regaleon ya estaba desabotonándose la camisa interior y la echó a un lado una vez que terminó. Vi su cuerpo perfectamente tallado y no podía apartar mis ojos de él.
—¿Te gusta lo que ves, mi amor? —Regaleon preguntó con una sonrisa juguetona.