Nota: A partir de aquí, la historia será narrada desde el punto de vista de Alfonso. Este es el comienzo oficial de su historia.
Le pedí a mi hermana gemela Aerith que bailara conmigo y ella aceptó encantada. Extendí mi mano y ella colocó la suya sobre la mía. La acompañé hacia el centro de la pista de baile y la sostuve en posición para comenzar a bailar.
—Sé amable, ¿de acuerdo? —Aerith me lanzó una mirada seria y sabia. No pude evitar reírme.
—Pfft... —traté de evitar que mi risa saliera—. No te preocupes, no haré nada que te avergüence delante de tantas personas.
En cada una de nuestras lecciones de baile, como Aerith estaba por delante de mí en esa área, siempre le hacía bromas que a veces la enfurecían. Ella es tan buena bailarina que pude mejorar significativamente mis habilidades para bailar.