Después de vestirse apropiadamente para el día, Alfonso y Aerith salieron corriendo de su habitación y corrieron por los pasillos del palacio con emoción grabada en sus ojos. Los empleados que estaban ocupados con su trabajo para esta alegre ocasión vieron al feliz príncipe y princesa gemelos, saltando con entusiasmo.
—Saludos al príncipe imperial y a la princesa.
—Buenos días, sus altezas.
—Les deseo un feliz décimo cumpleaños, sus altezas.
Los empleados que Alfonso y Aerith pasaban saludaban uno tras otro.
—Gracias —contestó Alfonso con una cara alegre.
—Muchas gracias —respondió Aerith con la misma cara feliz que su hermano.
Los gemelos se tomaban de las manos mientras corrían por los pasillos. Los empleados no pueden evitar sonreír al ver al lindo príncipe y la princesa. Corrieron hacia el vestíbulo de entrada donde estaría su familia.
—Aliyah, Deimos... —gritó Alfonso después de ver a sus primos gemelos en el vestíbulo de entrada.