Seguí la escalera hacia abajo. No fue tan lejos cuando llegué al final de la escalera y vi una puerta. Toqué la puerta como muestra de respeto.
*golpecitos*
—Por favor, pase —La voz del duque Matías se escuchó desde adentro.
Abrí la puerta y vi una pequeña habitación iluminada por una lámpara. En el centro de la habitación había una mesa y tres sillas. El duque Matías estaba sentado en una de ellas cuando lo vi y en la otra silla estaba Karolina, la hija del.
—Saludos su alteza —El duque Matías y Karolina dijeron al unísono mientras se levantaban e inclinaban al verme.
—Saludos también a ti, duque Matías —Hice una reverencia a cambio.
—Por favor, tome asiento —El duque Matías me ofreció una de las sillas y me senté—. Lamento que tengamos que encontrarnos así, princesa. Con el regreso del príncipe heredero, tiene los ojos puestos en ti y encontrarte con tantos ojos vigilándote sería difícil.