El cielo comenzó a oscurecerse y cayó la noche. Hubo silencio en el área circundante y solo se escucharon los chapoteos del agua que golpeaban la proa del barco.
—Su majestad, hemos llegado al cruce según lo previsto —El almirante y comandante de la flota naval de Jennovia le dijo a su reina—. Si puedo sugerir que su majestad vaya a un lugar mucho más seguro antes de comenzar el ataque.
En la cubierta del barco más grande de la flota naval de Jennovia, la Reina Patricia miraba hacia adelante con una expresión seria.
—No será necesario, almirante —La Reina Patricia dijo con un tono neutro—. Confío en que nuestra flota naval pueda lidiar con algunos barcos defendiendo el cruce. Este barco está en la parte más trasera de la flota, así que dudo que la batalla se sienta desde aquí.
—B-Bueno, su majestad tiene razón —Al almirante le disgustaba que la reina permaneciera en el barco mientras se libraba una batalla.
